Quisiera no tener que levantarme de mi cama, despertar a oscuras solo con la luz que se cuela entre los bordes de las cortinas de mi habitación, apenas despierte no moverme de mi posición, seguramente revisaría la hora, quien no ha escrito, haría pis (necesidades humanas). Volvería a la posición original a mi cama, y tal vez todavía pueda ver dibujada mi figura entre las sábanas aún tibias, cubriría mi cuerpo con las cobijas que alguna vez cobijaron dos cuerpos que parecían uno, si tengo suerte conciliaría de nuevo el sueño, entonces todo sería más fácil, mi mente estaría donde mi cuerpo no puede pero quiere estar y no habría mas preocupación que decidir si quiero volar o nadar, si quiero un paisaje o una ciudad perdida, el problema vendría si yo no puedo decidir y tengo pesadillas, entonces tendría que despertar y planear otra estrategia para que el tiempo pase rápido sin necesidad de moverme de mi cama.
De ser así, si no pudiera dormir, empezaría mirando el techo, buscando figuritas, mirando las paredes, el retrato de mi en el 99, el cuadro que me hizo mi mama, el pato que me dio dany, las muñecas, la foto de generación, mis muñecos y todo lo que hay en el librero, recordaría como todo esto llegó a la posición en la que está, revisaría las historias, propondría una nueva ubicación, pero eso sí sin mover mi cama, porque me gusta donde está y porque quiero seguir ahí sin moverme.
Seguramente después de dos horas se oiría un grito “A desayunar”, “A comer” “A cenar”, en fin el amor maternal piensa, amor = alimentar, seguramente con toda razón, supongamos que vivo sola, que no tengo ni estómago, ni tripas… Mi adicción a la música, me haría escuchar las más tristes canciones, las que me conducen a pensar en momentos que ya pasaron, en momentos que pude y no pude vivir, en momentos que podré y no podré vivir, en momentos que nunca existieron porque no quisimos o porque ellos mismos no quisieron nacer.
Podría pasar horas acostada, con mi música y mi cerebro dando vueltas en todos los rincones del recuerdo, no es del todo placentero lo acepto, cuando decido cómo debo vivir, como debo actuar, empieza el ciclo y pone en juicio lo ya confirmado, entonces cambio de ser una actriz jajaja a un astronauta, de un científico a un sacerdote, de estar viva a estar muerta, de querer vivir sobre mi cama a querer dormir sobre la arena, ¡pero soy cobarde, lo acepto, soy muy cobarde! , cuando siento que mis pensamientos me comieron el cerebro, dejo de pensar, así como lo hacía de chiquita, mi mente no podía ponerse en blanco, y las imágenes no se iban, me lastimaban, y yo no lo había decidido así, lo juro, así que imaginaba una brocha grande mojada de pintura negra entonces pintaba todo eso de negro, de arriba hacia abajo, la mayoría de las veces bastaba con una sola pasada, cuando no era así utilizaba mi brocha todo el día, con miedo de que algún día se acabara la pintura, dejé mi oficio de pintora cuando hable todo lo que había pasado, cuando lo llore, cuando me perdoné o confirmé que ya estaba perdonada, sigo siendo niña muchas veces utilizo aquella técnica solo que ahora es más moderna, ahora solo desconecto el cable y todo es más rápido, aunque difícilmente lo hago.
Si tuviera televisión vería un poco las noticias, comería un poco del espectáculo exterior, vería las nubes que alcance a enmarcar mi ventana, sentiría alegría, tristeza, melancolía, odio, rabia, desilusión, en fin todos los sentimientos habidos y por haber, solo para sentir que aún estoy viva, solo para sentir que todavía respiro, tengo un nombre y algo que anhelar. Estoy muy cansada, realmente lo estoy, me duele el cuerpo, la mente, el corazón y todo lo que soy, los sueños son como el alcohol, olvidas por un momento, pero después vuelves a la realidad…